lunes, 9 de julio de 2007

siguen las platicas

La emoción es la fuerza que atrae. Aquello que más temas es lo que experimentarás. Un animal -que vosotros consideráis una forma inferior de vida (aunque los animales actúan con más integridad y mayor coherencia que los humanos)- sabe inmediatamente si tienes miedo de él. Las plantas -a las que consideráis una forma de vida todavía inferior a los animales- responden a las personas que las aman mucho mejor que a aquellas a quienes les traen sin cuidado.
Nada de esto ocurre por casualidad. No existe la casualidad en el universo: sólo un magnífico diseño, un increíble «copo de nieve».
La emoción es energía en movimiento. Cuando se mueve energía, se crea un efecto. Si se mueve la energía suficiente, se crea materia. La materia es energía condensada, comprimida. Si se manipula la suficiente energía de una determinada manera, se obtiene materia. Todos los Maestros entienden esta ley. Esta es la alquimia del universo. Este es el secreto de toda la vida.
El pensamiento es energía pura. Cualquier pensamiento que tengáis, hayáis tenido o vayáis a tener es creador. La energía de vuestro pensamiento nunca muere. Nunca. Abandona vuestro ser y se dirige al universo, expandiéndose por siempre. Un pensamiento es para siempre.
Todo pensamiento se coagula; todo pensamiento choca con otros pensamientos, entrecruzándose en un extraordinario laberinto de energía, formando una estructura en continuo cambio de indescriptible belleza e increíble complejidad.
La energía atrae a la energía semejante, formando (por utilizar un término sencillo) «grupos» de energía del mismo tipo. Cuando un número suficiente de «grupos» similares se entrecruzan con otros -chocan con otros-, entonces «se adhieren» unos a otros (por utilizar de nuevo un término sencillo). Se requiere la «adhesión» de una cantidad de energía de una magnitud inimaginable para formar la materia. Pero la materia se formará a partir de energía pura. En realidad, sólo se puede formar de este modo. Una vez la energía se ha convertido en materia, sigue siendo materia durante mucho tiempo, a menos que su construcción se vea alterada por una forma de energía opuesta, o distinta. Esta energía distinta, actuando sobre la materia, en realidad la desmembra, liberando la energía originaria de la que se compone.
Esta es, en términos elementales, la teoría que subyace a vuestra bomba atómica. Einstein estuvo mucho más cerca que cualquier otro ser humano -anterior o posterior- de descubrir, explicar y utilizar el secreto creador el universo.
Ahora entenderás mejor cómo la gente de mente semejante puede unir sus esfuerzos para crear una realidad favorable. La frase «dondequiera que dos o más se reúnan en mi nombre» adquiere así un sentido mucho mayor.
Por supuesto, cuando sociedades enteras piensan de una determinada manera, ocurren muy a menudo cosas asombrosas, no todas necesariamente deseables. Por ejemplo, una sociedad que viva en el temor, muy a menudo -realmente, inevitablemente- produce aquello que más teme.
Del mismo modo, grandes comunidades o congregaciones con frecuencia encuentran el poder de producir milagros en su pensamiento combinado (o lo que algunos llaman la oración común).
Y debe quedar claro que incluso los individuos -si su pensamiento (oración, esperanza, deseo, sueño, temor) es extraordinariamente fuerte- pueden, en y por sí mismos, producir tales resultados. Jesús lo hizo regularmente. Él sabía cómo manipular la energía y la materia, cómo reorganizarla, cómo redistribuirla, cómo controlarla totalmente. Muchos Maestros lo han sabido. Muchos lo saben.
Tú puedes saberlo. Ahora mismo.
Esta es la ciencia del bien y del mal de la que participaron Adán y Eva. En tanto no supieron esto, no podía existir la vida tal como la conocéis. Adán y Eva -los nombres Míticos con los que habéis representado al Primer Hombre y la Primera Mujer- fueron el Padre y la Madre de la experiencia humana.
Lo que se ha descrito como la caída de Adán fue en realidad su elevación, el mayor acontecimiento en la historia de la humanidad; ya que, sin él, el mundo de la relatividad no existiría. El acto de Adán y Eva no fue el pecado original, sino -en realidad- la primera bendición. Debes agradecérselo desde el fondo de tu corazón, puesto que, al ser los primeros que tomaron una decisión «equivocada», Adán y Eva produjeron la posibilidad de tomar cualquier tipo de decisión.
En vuestra mitología, habéis hecho de Eva una mujer «mala»: la tentadora que comió del fruto, la ciencia del bien y del mal, y que tímidamente invitó a Adán a unirse a ella. Esta base mitológica os ha permitido considerar, desde entonces, a la mujer como la «caída» del hombre, resultando de ello todo tipo de realidades pervertidas; por no hablar de los criterios distorsionados y confusiones relativas al sexo. (¿Cómo os parece tan bien algo que es tan malo?)
Lo que más teméis es lo que más os atormentará. El temor lo atraerá hacia vosotros como un imán. Todas vuestras escrituras sagradas -o cualquier tipo de creencia y tradición religiosa que habéis creado- contienen esta clara advertencia: no temáis. ¿Crees que es por casualidad?
Las Leyes son muy sencillas.
1. El pensamiento es creador.
2. El temor atrae a la energía semejante.
3. El amor es todo lo que hay.

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